Cabracho Scorpaena scrofa Linnaeus, 1758

El cabracho abunda sobre todo en el Mediterráneo, aunque también está presente en las costas atlánticas. desde el Mar del Norte hasta Senegal, incluyendo las Islas Canarias y Cabo Verde.

Alcanza los 60 centímetros de tamaño y puede llegar a los 3 kilogramos de peso, aunque normalmente no supera los 2 kilogramos. Presenta el cuerpo robusto, con la cabeza enorme provista de crestas, espinas y láminas cutáneas que le dan un extraño aspecto y que le ayudan a camuflarse. Su piel se crubre de algas y cada dos semanas más o menos realizan una muda de la misma. La boca es grande y protráctil, con pequeños dientes en las dos mandíbulas. Los ojos son grandes y se sitúan en el perfil superior. Está armado de poderosas espinas venenosas en las aletas dorsal, pélvicas y anal. En ocasiones muestran un punto negro en mitad de la porción espinosa de la aleta dorsal.

Tiene hábitos nocturnos; es un mal nadador, pues carece de vejiga natatoria, y su ténica de caza consiste en esperar a que sus presas se aproximen lo suficiente para engullirlos enteros con su poderosa boca. Se alimenta de otros peces, crustáceos y moluscos.

Vive sobre los fondos arenosos o rocosos, normalmente en cuevas y oquedades, entre los 10 y los 500 metros de profundidad. A veces se encuentran con poca agua semienterrados en la arena.

Rev: junio-20