Rebeco Rupicapra rupicapra Linnaeus, 1758

El rebeco es un habitante de las cadenas montañosas de Europa, si bien también puede encontrársele en las llanuras de bosques mixtos, especialmente cuando el invierno hace imposible la alimentación en las zonas nevadas.

Alcanzan los 80 centímetros de altura en la cruz y los 120 centímetros de longitud, con un peso de entre 20 y 30 kilogramos, con una cola cortísima. Los machos son más grandes que las hembras, tienen el pelaje más contrastado y los cuernos más largos. Éstos crecen hacia arriba y se curvan en la punta como un par de ganchos.

Las finas pezuñas tienen unas almohadillas especiales en la parte central, que les permite trepar por las rocas y por los hielos.

En verano, el pelaje es pardo rojizo, con el vientre, la garganta, el morro y los glúteos blancuzcos; mientras que en invierno es más lanudo, largo y espeso, más contrastado, y volviéndose casi negro en los machos. Siempre se aprecia una banda negra desde la boca a los ojos.

Tienen hábitos diurnos, con mayor actividad por la mañana y a últimas horas de la tarde. Son animales siempre alerta, que cuentan con los sentidos de la vista, el olfato y el oído muy desarrollados.

Es un animal gregario que vive en grupos de hasta veinte individuos. Por un lado hay grupos de machos y por otro van las hembras con las crías, salvo en el periodo reproductor. Entonces tienen lugar duros combates entre los machos por la posesión de las hembras.

La gestación dura unos 140 días y el parto es único.

Rev: abril-09