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Rorcual común Balaenoptera physalus (Linnaeus, 1758)

Balaenoptera physalus (Linnaeus, 1758)

Balaenoptera: {lt, balaena}, ballena + {gr, pteron}, ala.
physalus: {gr, physalais}, fuelle.

Diccionario etimológico de Pedro Romero

Estas ballenas se encuentran en todos los océanos del mundo, desde el trópico hasta las regiones polares, pero rara vez se avista cerca de la costa. Migran a aguas polares en el verano para alimentarse y regresan a aguas más tibias en el invierno, para la reproducción.

Son, con sus 25 metros de longitud y sus hasta 80 toneladas, las segundas de mayor tamaño, después de la ballena azul. Las hembras son mayores que los machos y los individuos del hemisferio sur más que los del norte. El cuerpo es largo y estilizado, de color gris parduzco con el abdomen blanquecino. De los dos espiráculos parten dos marcas en forma de V invertida de color claro que se dirigen a la cola. El hocico es puntiagudo. La aleta dorsal es curva y prominente y se encuentra en el último tercio del cuerpo. La aleta caudal es amplia y con una muesca en el centro. Muestran entre 55 y 100 pliegues gulares y de 520 a 950 barbas que pueden llegar a medir 90 centímetros de largo. Las barbas delanteras del lado derecho son blancas, siendo el resto oscuras, característica ésta que es única en esta especie.

El principal alimento del rorcual común es el zooplancton que consume en las zonas circumpolares. También ingiere pequeños peces y calamares. Se sumerge a más de 250 metros para alimentarse, realizando inmersiones que pueden durar más de 15 minutos. Son bastante gregarios y suelen verse en grupos de 6-10 individuos, aunque en las zonas de alimentación pueden congregarse hasta varios centenares.

Alcanzan la madurez sexual entre los 25 y los 30 años y pueden vivir más de 75. La gestación dura entre 11 y 12 meses y el parto suele ser único. Al nacer miden ya 6,5 metros y pesan casi 2000 kilogramos. El destete se produce a los seis meses, pero las crías siguen en compañía de la madre varios años. Las hembras paren cada dos o tres años.

Los machos emiten sonidos largos, altos y de muy baja frecuencia, que pueden detectarse a centenares de kilómetros de distancia.

La especie está catalogada como en peligro de extinción, debido a la caza intensiva de la que fue objeto durante el siglo XX y por que en el siglo XXI continúa su caza por ciertos países (Islandia, Noruega y Japón) a pesar de la moratoria establecida por la Comisión Ballenera Internacional.

Rev: julio-16

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