Abeja constructora roja Osmia rufa (Linnaeus, 1758)

Son animales solitarios, cada nido es el trabajo de una sola hembra. En él se preparan entre seis y quince celdillas separadas por paredes de barro, que contienen cada una un huevo, y un poco de polen y néctar.

Después de la fecundación y la elaboración del nido -en maderas podridas, huecos de semillas y diversas cavidades, hechos en exclusiva por las hembras-, los adultos morirán.

Durante el invierno, los huevos se desarrollan, eclosionan las larvas y pupan sin abandonar el nido, pero las abejas adultas no emergerán hasta la primavera. Primero aparecen los machos y una o dos semanas después lo hacen las hembras.

Estas abejas son estupendas polinizadoras de numerosos frutales: manzanos, ciruelos, groselleros... y de muchas de las flores de nuestros jardines. Además, casi nunca utilizan su aguijón.

Se distribuyen por gran parte de Europa, desde Escandinavia hasta el Mediterráneo, también por el norte de África y hasta Oriente Medio.

Rev: enero-09