Isabelina Graellsia isabellae (Graells, 1849)

A principios del verano de 1849, el doctor Graells, que fue director del Museo de Historia Natural y del Jardín Botánico de Madrid, estaba cazando mariposas en el bosque de Peguerinos en compañía de su perro. Éste se puso a ladrar frente a un tronco de pino, y al acercarse el naturalista descubrió esta soberbia mariposa, nueva para la ciencia. Se la dedicó a la reina Isabel II.

Los imagos muestran una coloración predominantemente verde, surcada por venas de color pardo rojizo, y ocelos de varios colores. Ambos sexos presentan unas colas en las alas posteriores, que son mucho más llamativas en los machos.

Las hembras depositan los huevos de color pardo, aislados o en parejas en las ramillas de los pinos.

Las orugas son primeros de color negro, para volverse después grises parduscas, y terminar, tras la cuarta muda, siendo de color predominantemente verde con puntos blancos, cuando alcanza ya los siete u ocho centímetros de longitud. Muestran pelos largos y poco abundantes.

Después reptan hasta el suelo y se encierran en un capullo marrón donde pasarán el resto del verano, el otoño y el invierno, para surgir en primavera convertidas en las reinas de las mariposas europeas.

La isabelina vive en diversos puntos de montaña de la península Ibérica, con una distribución muy irregular y escasa, con poblaciones aisladas en los Pirineos occidentales, los Pirineos orientales, los puertos de Tortosa-Beceite en Tarragona, el sistema Ibérico meridional, la sierra de Javalambre, la sierra de Gúdar y el macizo de Peñagolosa en Castellón, las sierras de Carzorla y Segura en Jaén, la sierra de Alcaraz en Albacete y la sierra de Guadarrama entre Madrid y Segovia.

En la actualidad puede encontrarse en las Montañas del Jura y en los Alpes occidentales en Francia, debido a introducciones intencionadas.

Rev: junio-11