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Oso polar Ursus maritimus Phipps, 1774

Ursus maritimus Phipps, 1774

Ursus: {lt, ursus}, oso.
maritimus: {lt, maritumus, -a, -um}, situado cerca del mar, marino.

Diccionario etimológico de Pedro Romero

El oso polar es el animal terrestre que vive más hacia el norte, circunscribiendo su distribución al círculo polar.

Es el carnívoro terrestre de mayor tamaño, los machos alcanzan con facilidad los 500 kilogramos de peso y los dos metros y medio de longitud (aunque se han referido animales mucho mayores); las hembras se quedan en unos 300 kilogramos y dos metros.

Nada y bucea con sorprendente facilidad y corre sobre el hielo sin deslizase, gracias a una almohadilla especial que tiene en las plantas de las patas, que están notablemente más desarrolladas que en otros osos.

Como adaptaciones al medio polar para evitar pérdidas de calor, las orejas y la cola son muy reducidas, presentan una gruesa capa de grasa subcutánea y un denso pelaje traslúcido formado por pelos huecos que atrapan el aire y actúan como un aislante; la piel es de color negro para captar mejor la radiación solar.

Tienen hábitos solitarios y son frecuentes las peleas entre machos para disputarse las hembras. El periodo de apareamiento tiene lugar entre abril y mayo, aunque la implantación de los óvulos se difiere hasta septiembre. Las crías -una o dos- vienen al mundo en octubre. No pesan más de 700 gramos y están completamente desvalidas, por lo que permanecen en la guarida bajo la nieve hasta la primavera, alimentándose de la leche materna. La hembra, que no se alimenta durante este tiempo, pierde mucho peso.

Los osos polares se alimentan especialmente de focas y belugas, que cazan con una increíble destreza, aprovechando los respiraderos que estos animales hacen en los hielos. Deben comer unos 30 kilos de comida cada día, y no beben agua.

El número de osos polares se está reduciendo drásticamente en las últimas décadas, debido a la caza excesiva y, en especial, al calentamiento global del planeta, que reduce la banquisa ártica de manera que los animales tienen que retirarse a tierra firme antes de haber alcanzado unas suficientes reservas de grasa, lo que afecta de forma crítica a las hembras, reduciendo su capacidad de reproducción y de producción de leche.

Rev: julio-09

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