Clase: Diplopoda Blainville, 1844
Los miriápodos de esta clase se caracterizan por tener dos pares de patas articuladas en la mayoría de sus segmentos corporales; pueden tener desde tan solo once hasta más de trescientos segmentos. Se les conoce comúnmente como milpiés, aunque tienen entre 34 y 400 patas.
Tienen colores oscuros y pardos, en general, aunque algunas especies tienen coloración aposemática para advertir que son tóxicas.
El cuerpo está constituido por dos regiones: la cabeza y el tronco. La cabeza suele ser redondeada por la parte superior y aplanada por la inferior y está provista de dos pares de piezas bucales (dignatos), las mandíbulas y el gnatoquilario. Cuenta con un único par de antenas con siete u ocho segmentos y un grupo de conos sensoriales en la punta. Los ojos consisten en varios ocelos de lente plana dispuestos en un grupo o campo ocelar a cada lado de la cabeza.
El tronco suele ser duro y calcificado y puede ser aplanado o cilíndrico con el dorso plano y está compuesto de numerosos segmentos, cada uno con un exoesqueleto formado por placas endurecidas de cutícula (escleritos): una placa dorsal (terguito), dos laterales (pleuritos) y una ventral (esternito), bajo el que se articulan las patas.
La mayoría son detritívoros de movimiento lento que se alimentan de hojas en descomposición y otra materia vegetal muerta. Algunos comen hongos o chupan fluidos vegetales y una pequeña minoría son depredadores. Respiran a través de dos pares de espiráculos ubicados ventralmente en cada segmento cerca de la base de las patas. El sistema circulatorio es abierto. El sistema digestivo es un tubo simple con dos pares de glándulas salivales para ayudar a digerir los alimentos. Los órganos excretores son dos pares de tubos de Malpighi, situados cerca de la mitad del intestino.
Tienen fecundación interna. En la mayoría de las especies se lleva a cabo por unos apéndices modificados denominados gonópodos, con el que los machos transfieren los paquetes de esperma a las hembras. Las hembras ponen de diez a trescientos huevos a la vez, dependiendo de la especie. Eclosionan del huevo con un número reducido de segmentos y patas que posteriormente se va incrementando.
Se distribuyen por todos los continentes excepto la Antártida y ocupan casi todos los hábitats terrestres. Son típicos de los suelos forestales, viven entre la hojarasca, en troncos podridos, en hendiduras de las cortezas, bajo las piedras, sobre tallos de plantas, o en el dosel, con preferencia por ambientes húmedos.
Su aparición se remonta al período Silúrico, por lo que son unos de los primeros animales terrestres que se conocen.
Existen unas 12000 especies, clasificadas en 16 órdenes y alrededor de 140 familias.
Rev: enero-24