Pato mandarín Aix galericulata Linnaeus, 1758

El pato mandarín fue importado a Europa desde China en la primera mitad del siglo XVIII. Es un ave ornamental muy apreciada por el magnífico colorido del macho durante la época de reproducción. El resto del año su apariencia es similar a la de la hembra, de coloración pardo grisácea, que constituye un excelente camuflaje, sobre todo durante la incubación de los huevos.

Es un pato muy sociable, excepto en la época reproductiva, en que las parejas se dispersan y defienden un pequeño territorio. En invierno forma grupos de hasta cien ejemplares.

Nidifican en las cavidades de los troncos, y nada más hacer eclosión, los polluelos, que serán nueve o diez, se tiran al suelo, a veces desde algunas decenas de metros, y rebotan como pelotas de plumón sin hacerse ningún daño. Cuando la prole está reunida, la madre los acompaña al agua.

Rev: febrero-08