Chajá Chauna torquata Oken, 1816

El chajá alcanza una longitud de más de 80 centímetros y una altura de 70, con un peso de tan solo 3 o 4 kilogramos, debido a la presencia en su cuerpo de numerosos sacos aéreos. Aunque está emparentado con las grandes anátidas, parece más bien una especie de pavo con cresta, pico pequeño y afilado y una especie de collar en el cuello. Las patas son robustas y largas, de color rosado, y sin membranas entre los dedos. La parte de alrededor de los ojos es rojiza. Posee dos espolones córneos en la parte superior de las alas que usa para la lucha durante los duelos nupciales. Aunque saben nadar, su plumaje no se mantiene seco, por lo que han de extenderlo al sol para secarlo.

Por todas estas características, los naturalistas no se ponen de acuerdo en la clasificación de esta ave.

Habita las llanuras pantanosas del sur de Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y norte de Argentina, llevando una existencia muy discreta entre la vegetación, aunque a veces se reúnen grupos muy numerosos.

Su régimen alimenticio es vegetariano, aunque no desdeña los insectos acuáticos y moluscos que encuentra a su paso.

Las parejas se establecen de por vida. Los nidos son grandes plataformas de juncos. Las puestas constas de hasta 6 huevos. Los pichones nacen cubiertos de un plumón denso, de color marrón amarillento, muy blando y uniforme. Tardan unos cinco meses en completar el plumaje y estar en condiciones de volar. El plumaje de adultos lo tendrán poco antes del año de vida.

Tiene un vuelo poderoso y es capaz de utilizar las corrientes térmicas para ascender como hacen las grandes rapaces.

Su nombre es una onomatopeya de su grito.

Rev: noviembre-07