Cóndor de los Andes Vultur gryphus Linnaeus, 1758

Esta enorme ave vive en los lugares más apartados de los Andes, entre Colombia y la Tierra del Fuego. Es un volador majestuoso, y se han visto cóndores volando a más de seis mil metros de altitud, sobre las altas cimas, aunque también se pueden ver en las playas y en las llanuras de la Patagonia.

Supera el metro de altura y las alas tienen una envergadura de más de tres metros. Los machos, que son un poco más grandes, llegan a pesar hasta doce kilogramos. Los machos presentan una cresta o carúncula y pliegues en la cara y cuello que aumentan de tamaño con la edad. Tienen el iris de color pardo, mientras que el de las hembras es rojizo.

El plumaje es negro azulado, con un collar de color blanco y grandes manchas blancas en la parte dorsal de los extremos de las alas. La cabeza está desnuda de plumas y su coloración puede variar segú el estado del cóndor. Está dotada de un pico fuerte terminado en punta y con los bordes cortantes. Las patas son robustas y los dedos fuertes, pero las uñas son romas y relativamente débiles.

Su alimentación básica consiste en carroña de grandes mamíferos, aunque en su ausencia caza presas diversas, incluyendo, a veces, animales domésticos.

Cuando un grupo de cóndores se da un banquete, engullen tales cantidades, que después son incapaces de alzar el vuelo y deben quedarse en tierra hasta que terminan de hacer la digestión.

Son monógamos. Anidan en riscos y cuevas de las montañas. La nidada consta de un único huevo, que es incubado por los dos progenitores cerca de dos meses. El pollo, que a los seis meses ya es del tamaño de los adultos, es atendido hasta casi los dos años de edad. Los juveniles lucen un plumaje completamente pardo ocráceo.

Rev: septiembre-10