Abejaruco Merops apiaster Linnaeus, 1758

El abejaruco, de casi treinta centímetros de longitud y más de 40 de envergadura, resulta inconfundible por la brillante policromía de su plumaje, que es azulado en las partes inferiores, pardo amarillento en las superiores, con la garganta amarilla bordeada de un fino collar negro, y las alas y la cola de color verde. Destaca también su largo y ligeramente curvado pico.

Los abejarucos viven en pequeñas colonias, y excavan sus nidos en taludes próximos en general a corrientes de agua -aunque también pueden utilizar los terraplenes de las vías férreas y de las carreteras-, con una longitud que puede superar el metro horizontalmente, antes de llegar a una habitación donde la hembra depositará los huevos.

La nidada habitual consta de entre 4 y 7 huevos blancos de aspecto globoso, que son incubados durante unos 20 días por los dos progenitores, que también se encargarán de la alimentación de los pollos en el nido durante otras tres semanas.

El abejaruco es insectívoro y caza sus presas al vuelo, en especial abejas y avispas de las que no teme el efecto de su veneno, pues después de muertas, las golpea hasta que se desprende el aguijón.

Pasan el invierno en las regiones tropicales de África y desde finales de marzo hasta finales de septiembre en las regiones meridionales de Europa.

Rev: mayo-11