Águila perdicera Aquila fasciata (Vieillot, 1822)

El águila perdicera se distribuye por una amplia franja, que desde el Atlántico atraviesa Europa y llega al sudeste asiático. Sin embargo, es un ave más bien escasa.

Mide unos 70 centímetros de longitud, hasta 175 de envergadura y su peso ronda los 2 kilogramos. Los adultos tienen el dorso de color marrón claro y las partes inferiores de color blanco amarillento con trazos oscuros verticales. El iris y la cera del pico son amarillos en los adultos. Su temperamento es agresivo, y posee unas garras extraordinariamente largas para su talla.

No se alimenta en exclusiva de perdices, sino que también atrapa otras aves, a las que es capaz de abatir en vuelo, conejos y reptiles.

Cría en paredes rocosas de difícil acceso y en ocasiones en grandes árboles. Las puestas constan de entre 1 y 3 huevos. Los pollos permanecen en el nido unos dos meses después de la eclosión y son alimentados principalmente por la hembra.

Los juveniles son marrones dorsalmente y algo más claros ventralmente, adquiriendo el plumaje de subadulto a los tres años de edad, y el de adulto a los cuatro.

Se encuentra "en peligro de extinción" en el Libro Rojo de las Aves de España (2004) por la drástica disminución que ha sufrido su distribución de la península Ibérica.

Rev: enero-13