Íbice Capra ibex Linnaeus, 1758

Los machos de esta especie son más grandes que las hembras, alcanzando los 170 centímetros de longitud y casi un metro de altura en la cruz. Pesan hasta 120 kilogramos. Además presentan una gran cornamenta que puede superar el metro y medio de longitud mientras que en las hembras rara vez supera los 30 centímetros. Los cuernos crecen continuamente, aumentando un anillo cada año, lo que permite establecer perfectamente la edad de estos animales.

El pelaje varía a lo largo del año: durante el verano es pardo amarillento con los flancos y el cuello más claros, el vientre blanco y las patas oscuras; durante el invierno se vuelve marrón oscuro casi en su totalidad. Además, los machos tienden a ser más oscuros que las hembras y los adultos más que los jóvenes.

Vive en la zona de prados alpinos, por encima del nivel de los bosques, entre 1600 y 3200 metros de altitud. Su agilidad sobre las rocas es proverbial, y sólo puede compararse con la de los otros miembros del género. Realizan movimientos estacionales descendiendo a cotas inferiores en invierno. Tienen hábitos diurnos, pero suelen pasar las horas más calurosas descansando a la sombra entre las rocas.

Los jóvenes y las hembras forman grupos de entre 10 y 30 ejemplares, mientras que los machos suelen ser solitarios o vivir en pequeños grupos y se unen a los grupos de hembras durante el otoño. Los machos se enzarzan en combates por el derecho a aparearse en los que entrechocan fuertemente sus cuernos.

La gestación dura unos 170 días y el parto suele ser único. Las crías pueden correr a las pocas horas.

Los íbices viven exclusivamente en la cordillera de los Alpes.

Rev: agosto-15