Maracaya Leopardus wiedii Schinz, 1821

El maracayá sudamericano se confunde muy a menudo con el ocelote, al que se asemeja bastante, si bien el maracayá tiene una cola sensiblemente más larga, el cráneo bastante más redondeado y sus dimensiones son menores, entre 40 y 60 centímetros, sin contar la larga cola que puede alcanzar los 40.

El pelaje es marrón oscuro con marcas en forma de roseta de fondo oscuro con un grueso borde negro, que en el dorso forman bandas longitudinales. La cola presenta anillos oscuros y la punta negra. Por la parte posterior, las orejas son negras con una mancha blanca circular en el centro.

Es un animal estrictamente nocturno y arborícola, de grandes ojos, que se alimenta de diversos vertebrados que sorprende entre el follaje de los árboles: pequeños mamíferos (a veces monos), aves, huevos, lagartos...

Tiene la capacidad de rotar el tobillo, de manera que puede descender con la cabeza hacia abajo. Sólo la pantera nebulosa comparte esta característica.

Marcan con orina y excrementos grandes territorios de hasta 16 kilómetros cuadrados. Cuando las hembras entran en celo emiten largos maullidos para atraer a los machos. La gestación dura unos 80 días y el parto es normalmente único (las hembras tienen sólamente dos mamas). La cría es considerablemente grande y tardará unas dos semanas en abrir los ojos.

Está ampliamente distribuido por el continente americano, desde México, hasta el sur de Brasil y Uruguay, si bien su preferencia por las zonas remotas de la selva le hace difícil de observar.

Rev: febrero-12