Oso panda Ailuropoda melanoleuca David, 1896

El oso panda es una especie de oso de pequeño tamaño que vive exclusivamente en las regiones montañosas de Sichuan, Qinling y el Tíbet, en China Occidental, en lugares inaccesibles en los impenetrables bosques de bambú. Antiguamente vivían en gran parte de China, así como en el norte de Burma y Vietnam.

La coloración característica blanca y negra de su grueso y denso pelaje, se vuelve marrón oscuro y marrón claro en la subespecie de Qinling. En cualquier caso, las orejas, la nariz, los pelos alrededor de los ojos, los hombros y los miembros son oscuros, mientras que la cara, el vientre y el lomo son claros.

Las orejas son ovales y erectas. Los ojos son pequeños y de pupila vertical. Las muelas son grandes y el cráneo ancho con resaltos prominentes, para la inserción de los fuertes músculos que necesita para masticar tallos fibrosos. Las patas tienen cinco dedos, y una modificación del hueso sesamoide de la muñeca, a manera de un pulgar, que les permite asir las cañas del bambú. Las patas delanteras son fuertes y aptas para escalar y más largas y musculosas que las traseras. La cola es un pequeño muñón. Son animales de complexión robusta, que pesan entre 70 y 125 kilogramos y llegan a medir hasta 1,90 metros erguidos sobre sus patas traseras.

Es activo durante todo el año. Tiene hábitos terrestres, aunque sabe trepar muy bien. No le asustan las altitudes elevadas ni los rigores del invierno. Los brotes de diversas especies de bambú constituyen su principal alimento, casi el 99% de su dieta, aunque también se nutre de otros vegetales y de pequeños animales, cuando los puede conseguir. Como su aparato digestivo no es capaz de procesar perfectamente la celulosa, necesita consumir más de cuarenta kilogramos de bambú al día y debe beber agua con relativa frecuencia.

Los pandas gigantes alcanzan la madurez sexual entre los cinco y los siete años de edad. La reproducción tiene lugar durante la primavera, y varios machos competirán por el derecho de copular con una hembra. La gestaci´n dura unos 135 días y el parto consta de una o dos crías, aunque debido a la gran necesidad de cuidados que requieren, lo normal es que sólo sobreviva una de ellas.

La cría pesa al nacer de 90 a 130 gramos, lo que representa tan solo 1/900 parte del peso de la madre. Es ciega y su piel rosada carace de pelos. Será amamantada durante su primer año de vida, y seguirá a su madre durante más de dos.

El panda gigante se conoció en Occidente en 1869, cuando un cazador trajo una piel al misionero jesuita francés Armand David. En 1936, Ruth Harkness llevó a los Estados Unidos un cachorro de panda. Entre 1936 a 1946, 14 pandas fueron sacados de China por extranjeros, hasta que en 1946, esta actividad quedó completamente prohibida. En 1957, China comenzó a distribuir pandas como demostración de amistad hacia algunos países.

En cautividad, la cría del panda gigante resulta muy dificultosa, pues la mayoría pierde el apetito sexual y no logra aparearse. Además, el mantenimiento del oso panda es cinco veces más costoso que el mantenimiento de un elefante.

Gracias a las medidas proteccionistas de los gobiernos chinos (a veces desmesuradas), la situación del panda gigante, amenazado por la baja tasa de natalidad, la alta tasa de mortalidad infantil, la destrucción de su ambiente y la especificidad de su dieta, no es especialmente crítica, pero si se considera una especie especialmente vulnerable.

Los especialistas chinos han estudiado a fondo su biología y han publicado una monografía de proporciones monumentales.

En 1961, La World Wildlife Fund (WWF) adoptó al oso panda como símbolo.

Rev: agosto-09