Ayeaye Daubentonia madagascariensis Gmelin, 1788

El cuerpo y la cola del ayeaye están cubiertos de un pelaje largo y negro, a veces pardo, que se aclara en el rostro, donde se torna blanquecino. Alcanzan los 40 centímetros de longitud sin contar la larga cola, que supera en longitud al cuerpo. Tiene grandes orejas y grandes ojos amarillos.

Sus hábitos son completamente nocturnos y arborícolas. Se alimenta de larvas de insectos que detecta aplicando su oído a un tronco de un árbol y golpeándolo rítmicamente. Cuando ha localizado a su presa, roe la madera con sus incisivos, que son semejantes a los de los roedores, y se sirve especialmente de su tercer dedo, extraordinariamente afilado y largo con respecto a los demás, que acaba en una fuerte garra.

Paren una sola cría que las hembras llevan sobre su espalda en las primeras semanas.

El ayeaye sólo se encuentra en las selvas pluviosas de Madagascar, donde ve peligrar su existencia por la reducción de su hábitat, a pesar de las medidas protectoras del gobierno malgache. En la actualidad se estima su población en unos 2500 individuos nada más y su estatus es de "especie casi amenazada de extinción".

Su inquietante mirada y sus costumbres solitarias y nocturnas, le han llevado a protagonizar leyendas populares según las cuales, todo aquel que sea señalado por el largo dedo de un ayeaye, morirá pronto y de manera horrible... ¡con lo lindos que son!

Rev: mayo-15