Artemisa Argiope lobata Dallas, 1772

Se trata de una araña típica de zonas con suelos arenosos y marismas, aunque en ocasiones pueden verse en jardines. Presentan una abigarrada coloración con base blanco, marfil o gris, con muchas manchas más oscuras. Las patas suelen aparecer rayadas. La forma lobulada de su ribeteado abdomen es muy llamativa.

Es un predador muy activo, que se alimenta de todo animalillo que cae en su tela, sobre todo dípteros, que envuelve en un capullo de seda a gran velocidad gracias a que puede emitir ocho hilos simultáneamente. Sus telas suelen ser totalmente circulares y de enorme precisión y belleza, con conspicuos estabilizadores en zigzag y hasta un metro de diámetro, normalmente situadas a poca altura, entre matorrales.

La araña suele permanecer en la tela con el dorso hacia el suelo y presentando la región ventral hacia arriba. Su picadura es muy dolorosa, pero no representa ningún peligro para los seres humanos.

Las hembras pueden alcanzar los tres centímetros de tamaño, mientras que los machos apenas alcanzan los cinco milímetros, por lo que pueden ser tomados por presas y devorados cuando se acercan a las hembras para fecundarlas. Una sola inseminación le sirve a la hembra para realizar varias puestas de las que saldrán un gran número de arañuelas.

Se distribuyen por gran parte de África, y alcanzan el sur de Europa y Asia.

Rev: marzo-14