Sapo de espuelas común Pelobates cultripes Cuvier, 1829

Los sapos de espuelas comunes sólo se dan en la Península Ibérica y en las costas mediterráneas y sudoccidentales de Francia. Son sapos grandes y rechonchos, con la piel lisa, grandes ojos de pupila vertical que sobresalen lateralmente y sin tímpanos ni glándulas parotídeas aparentes.

Las patas anteriores poseen cuatro dedos libres, mientras que las posteriores tienen cinco dedos unidos por una membrana interdigital bien desarrollada. Los tubérculos metatarsianos están muy desarrollados y endurecidos, formando una espuela de color negro.

Su colorido es muy variable, con un fondo claro donde destacan multitud de manchas, que forman dibujos sinuosos o bandas irregulares. Ventralmente presentan tonos blanquecinos o amarillentos, a veces con manchas oscuras.

Las hembras son más grandes y robustas y los machos, que no presentan sacos bucales ni callosidades nupciales, tienen glándulas alargadas de color amarillento en la parte superior de los antebrazos.

Se le puede encontrar en terrenos arenosos con charcas, cerca de la costa o en marismas abiertas con aguas poco profundas.

De costumbres crepusculares o nocturnas, sólo se acerca al agua para reproducirse. Se alimenta de insectos y otros invertebrados.

Los renacuajos pueden superar los 8 centímetros de tamaño. Tienen el espiráculo en el costado izquierdo y un pico córneo de color negro bien desarrollado. La cola es potente con crestas bien desarrolladas. La coloración general es gris amarillenta o pardo clara con moteado blanco u oscuro.

En determinadas condiciones ambientales, se han descrito concentraciones masivas de estos animales.

Rev: junio-13