Gallo azul Aluterus scriptus Osbeck, 1765

El gallo azul es un maestro del camuflaje: su cuerpo, de tonos grises, tostados, cafés y verde oliva, está atravesado por líneas entrecortadas de color azul, o verdeazulado, formadas por rayas y puntos, y posee numerosas manchas negras. Además puede oscurecer o aclarar su piel a gran velocidad. Los ojos, situados muy altos en la cabeza, tienen movimientos independientes. También en muchas ocasiones adopta posturas verticales para contribuir aún más al mimetismo.

Alcanza una longitud corporal cercana a los 50 centímetros y hasta 2,5 kilogramos. Su piel es muy áspera, ya que las escamas están armadas de pequeñas espinas.

Ante una amenaza, el gallo azul se esconde en una grieta y levanta el primer radio de la espina dorsal, que es venenoso y queda trabado por el segundo, que lo mantiene erecto. Además, extiende otra espina que tiene en el vientre y que le sirve de ancla.

Estos peces viven solitarios en lagunas y arrecifes, a profundidades entre 1 y 120 metros, en las regiones cálidas de todos los mares del mundo.

Se alimenta de las algas verdeazules venenosas que crecen sobre los corales muertos, y de otros pequeños organismos blandos.

Para la reproducción, los machos mantienen pequeños grupos de dos a cinco hembras, y defiende ferozmente el territorio elegido para la puesta. Las hembras depositan los huevos en el fondo ("huevos demersales"), normalmente en un hueco en la arena, y luego son fecundados por el macho. Ambos progenitores, aunque más la hembra, se quedan cuidando el nido y después a las larvas.

Rev: febrero-11