Atypus affinis Eichwald, 1830

Son pocas las arañas del suborden Mygalomorphae que habitan en la Península Ibérica, y aunque su tamaño es mucho más modesto que el de sus parientes tropicales, el aspecto de sus quelíceros sigue siendo formidable y aparecen dispuestos en vertical y no se cruzan.

Los machos rondan el centímetro de tamaño, mientras que las hembras pueden llegar a los 2. Son de color negro o muy oscuro.

Viven en galerías verticales excavadas en el suelo que pueden llegar a tener 30 centímetros de profundidad y que están forradas con un tubo de seda que se acoda en la superficie y se extiende sobre ella. Cuando un insecto pisa el tubo, la araña percibe las vibraciones en la tela, se precipita hacia él y lo atrapa desde la parte interior del tubo, arrastrándolo al interior para devorarlo.

Alcanzan la madurez sexual en unos cuatro años. Sólo los machos abandonan sus tubos para la reproducción durante el otoño, y van en busca de alguna hembra. Morirán poco después de la fecundación. La hembra deposita los huevos en su propio tubo, donde las pequeñas arañas nacerán en el verano siguiente. Abandonarán a la madre un año después.

Se distribuyen por regiones arenosas y calcáreas de Europa Meridional y Central, desde el sur de Inglaterra y Dinamarca hasta el norte de África.

Rev: noviembre-12