Cabra hispánica Capra pyrenaica Schinz, 1838

La cabra montés o cabra hispánica es una de las especies más emblemáticas de la fauna ibérica.

Se trata de un animal de complexión fuerte y robusta. El macho tiene una cornamenta grande y finamente anillada, sin ramificar, que se desvía ligeramente hacia atrás, en la hembra es pequeña y mucho más delgada.

El pelaje, de color pardo grisáceo por el dorso y blanco por el vientre, varía a lo largo del año. El hocico es algo más corto que en la cabra doméstica. La presencia de barba oscura bajo el mentón, la mayor corpulencia y la gran extensión de manchas negras, permite diferenciar a los machos de las hembras sin tener que recurrir a la cornamenta.

Se trata de una especie polígama. La época de celo es entre noviembre y enero. Es entonces cuando los machos, que han vagado en pequeños grupos, se reúnen con los rebaños de hembras.

Los machos se comportan agresivamente entre sí y luchan por las hembras. Se alzan sobre las patas traseras, y se lanzan uno contra otro entrechocando las cuernas al caer. El vencedor se hace con un pequeño harén que abandona después de las cópulas.

La gestación dura unos cinco meses, y la época de parto es entre abril y julio. Tienen habitualmente una o dos crías, que son amamantadas hasta los seis meses de edad. Posteriormente, si la cría es un macho, abandona a la madre y se une a los otros machos.

Se trata de un endemismo de la Península Ibérica: Sierra de Gredos, las Batuecas, Serranía de Cuenca, Sierras de Cazorla y Segura, Sierra Nevada, Sierra de Guadarrama, Galicia...

Rev: septiembre-10