Chinche de las camas Cimex lectularius (Linnaeus, 1758)

La chinche de las camas se alimenta de sangre de animales homeotermos y se ha adaptado perfectamente a los entornos humanos. Se la puede encontrar en climas templados de todo el mundo.

Los adultos son de color marrón rojizo, aplanados dorsoventralmente y de forma oval, con unos pelos microscópicos que dibujan franjas. Carecen de alas. Miden hasta 5 milímetros de longitud. Las ninfas son traslúcidas y de color claro y se van oscureciendo en cada muda.

Son activas principalmente por la noche, sin embargo pueden alimentarse en otras horas si se presenta la ocasión. Su pico está formado por dos tubos: mientras que uno absorbe la sangre, el otro inocula en la víctima sustancias anestésicas y anticoagulantes. Pueden sobrevivir más de un año sin alimentarse, pero lo normal es que intenten hacerlo cada cinco o diez días.

Las picaduras pueden pasar inadvertidas durante horas e incluso varios días. Se advierte un ligero abultamiento rojizo que va acompañado de un prurito intenso. No suelen ser vectores de enfermedades salvo en casos especiales.

Se aparean por "inseminación traumática", de manera que los machos perforan el abdomen de la hembra con sus genitales y eyaculan en su interior. Cada hembra puede poner unos 5 huevos diarios llegando a 500 a lo largo de su vida. Los huevos miden 1 milímetro y son de color blanco lechoso. Eclosionan en una o dos semanas y la ninfa empieza a alimentarse inmediatamente. Necesita cinco mudas para convertirse en adulto, y tarda unas cinco semanas en completar el desarrollo.

En el último tercio del siglo XX se pensó que las chinches de las camas habían sido erradicadas, sin embargo, en los últimos años han vuelto a aparecer en todo el mundo y el número de infestaciones aumenta de manera alarmante. Una de las probables causas es la reducción del uso de insecticidas de amplio espectro que se empleaban contra otras especies, cucarachas y hormigas principalmente, y que afectaban también a las chinches.

Rev: agosto-15