Cucaracha americana Periplaneta americana Linnaeus, 1758

Esta cucaracha puede alcanzar fácilmente los cuatro centímetros de longitud, siendo una de las más grandes que se pueden encontrar en el ámbito doméstico. Tiene unas poderosas patas bien armadas de púas, y unas grandes alas que le permiten volar bien, aunque en caso de peligro suele optar por correr. Las alas del macho son bastante más largas que el abdomen, por lo que en reposo lo sobrepasan, mientras que las de las hembras son aproximadamente igual de largas que el abdomen. En general, las hembras son más grandes, tienen el abdomen más ancho y robusto.

Son de color rojizo muy oscuro, con zonas más claras sobre el pronoto.

A lo largo de su vida, unos dos años como mucho, una hembra puede poner más de setenta veces, y cada ooteca tendrá -dispuestos en dos líneas paralelas-, entre 6 y 28 huevos, lo que explica la rápida expansión de estos insectos. La eclosión se produce en unos 50 días, pero las ninfas permanencen en el interior de la ooteca hasta completar la primera muda.

Tienen hábitos lucífugos y suelen encontrarse en el suelo y el alcantarillado, aunque su facilidad voladora les permite presentarse casi en cualquier lugar. Se alimentan de cualquier tipo de materia orgánica en descomposición.

Pueden ser portadoras de enfermedades bacterianas y virales tales como lepra, colitis, hepatitis infecciosa, salmonela y tuberculosis. Además, sus excrementos y su piel son responsables de numerosas alergias.

A pesar de su nombre específico, esta cucaracha no es originaria del continente americano, sino que se identificó allí por primera vez. En la actualidad es prácticamente cosmopolita, prefiriendo la compañía del hombre, y sus hogares secos y cálidos.

Rev: junio-12