Escarabajo de Darwin Chiasognathus granti Stephens, 1831

Este escarabajo presenta un fuerte dimorfismo sexual, pues los machos tienen el cuerpo un poco más grande que las hembras, de hasta cuatro centímetros de longitud, y aparecen armados de una grandísimas mandíbulas que pueden llegar a ser más largas que el resto del cuerpo, y con las que pueden sumar hasta nueve centímetros de tamaño, aunque existe una gran variabilidad tanto en el tamaño total como en el desarrollo de las mandíbulas.

Se trata de las mandíbulas superiores, que son muy robustas en la base y que luego se arquean grácilmente como unas pinzas, con el borde interior provisto de fuertes dientes. Cuando dos machos se encuentran en la época de apareamiento sobre un árbol, luchan entre ellos, y el vencedor levanta entre sus mandíbulas al oponente y lo arroja al suelo.

En la cabeza, destacan los pequeños ojos y las antenas pectinadas en el extremo, que lucen un mechón de pelillos pardo dorados. El tórax es ancho y tanto el borde anterior como el posterior están festoneados de pelillos claros. Los élitros presentan una fina granulación. El color es castaño con suaves iridiscencias de tinte verdoso.

Los imagos se alimentan de diversos jugos vegetales, mientras que las larvas se desarrollan en madera muerta.

Charles Darwin recolectó esta especie durante el segundo viaje del Beagle.

Esta especie sólo se encuentra en Chile y Argentina, en los bosques templados subantárticos de Nothofagus. Está considerada como una especie vulnerable, con un alta probabilidad de extinción.

Rev: junio-13