Buitre leonado Gyps fulvus Hablizl, 1783

El buitre leonado es una rapaz muy grande, de más de un metro de longitud corporal, con una envergadura superior a los dos metros y medio, y un peso en las hembras, que son ligeramente mayores que los machos, de más de ocho kilogramos.

Las alas son largas y muy anchas, mientras que la cola es relativamente muy corta. El cuello es muy largo y aparece, al igual que la cabeza, recubierto de un plumón de color crema o blanco, que se ensucia menos que las plumas cuando el animal introduce la cabeza en el cuerpo de los animales muertos de los que se alimenta. En la base del cuello luce una gorguera de plumas blancas muy llamativas.

Presenta en el dorso un color marrón claro, mientras que por la parte inferior es marrón rojizo, con las rémiges primarias negras y las secundarias pardas.

Nidifica en cortados rocosos con alturas superiores a los 40 metros. Es una rapaz colonial, aunque existen parejas que nidifican en solitario. El nido, que se ubica en una cueva o repisa cubierta, está construido a base de ramas y troncos, y tapizado con hierbas y hojas de pino. Se observan algunas parejas que depositan los huevos en nidos de otras rapaces como el águila real. La puesta suele realizarse durante el mes de enero. La nidada usual es de un huevo, a veces dos. La incubación dura unos 55 días y es efectuada por los dos progenitores. Los pichones vuelan por primera vez alrededor de los 135 días de edad.

Se distribuye por la Península Ibérica, el norte de África, el Oriente Medio y sur de Asia hasta la India, pudiendo ser común en algunos lugares.

Los efectivos de la población española de buitres leonados han disminuido alarmantemente en los últimos años y podrían alcanzar un nivel crítico para el equilibrio de la especie.

Rev: julio-10