Víbora áspid Vipera aspis Linnaeus, 1758

Este animal mide hasta 85 centímetros en el caso de los machos y de 75 en el caso de las hembras, aunque lo normal es que ambos sexos se queden por debajo de los 60. Los machos suelen ser más delgados que las hembras. La cola es relativamente corta.

El rasgo más distintivo lo constituye el perfil de su cabeza, pues el hocico está claramente dirigido hacia arriba, pero carece de cuernecillo nasal. Vista desde arriba, la cabeza tiene la típica forma triangular bien diferenciada del cuello. Son muy variables en cuanto a coloración y dibujo dorsal: las escamas del cuerpo son grisáceas o amarillas, doradas o cobrizas, con manchas negras o verdosas con borde negro, en un zigzag más o menos aparente sobre el lomo.

Esta serpiente es bastante abundante en la Europa meridional, en los terrenos secos, más o menos pedregosos, con buena exposición al sol, cubiertos de matas bajas, donde se alimentan de pequeños vertebrados.

Como muchas otras especies de ofidios venenosos, la víbora muerde a sus presas y luego sigue su rastro hasta que las encuentra moribundas o muertas ya.

Si no se ponen inmediatemente los medios necesarios, la mordedura de esta víbora puede ser mortal para el ser humano. Los síntomas incluyen la rápida aparición de dolor agudo, seguido por edema y decoloración; la necrosis hemorrágica severa puede ocurrir a las pocas horas; la visión se puede deteriorar seriamente. El veneno puede también afectar la estructura glomerular y puede conducir a la muerte debido a fallo renal.

Rev: agosto-17