Conejo común Oryctolagus cuniculus Linnaeus, 1758

Los conejos son animales de cuerpo rechoncho recubierto de un pelaje denso y lanudo de color gris pálido, la cabeza es ovalada, con orejas largas, de hasta siete centímetros cada una, y los ojos grandes; la cola es pequeña y de color blanco. Las patas anteriores son sensiblemente más cortas que las posteriores. Miden entre 30 y 50 centímetros, en función de la raza.

Son animales muy gregarios, que habitan colonias formadas por varias madrigueras excavadas en el suelo, que pueden alojar a una docena de adultos. Sus hábitos son principalmente nocturnos y sedentarios, pasan la mayor parte del día escondidos en la madriguera y salen al caer la noche para alimentarse de hierbas y hojas de pequeños arbustos.

Se trata de un animal muy prolífico que puede llegar a tener dos periodos reproductores al año, con partos de entre cuatro y ocho gazapos, tras una gestación de unos 30 días. Las crías nacen muy desvalidas, ciegas y sin pelo, por lo que permanecen en la madriguera durante al menos tres semanas.

Aunque pueden llegar a vivir 9 años, el 90% de los ejemplares no supera el primer año de vida.

Se le puede encontrar en estado libre en el norte de África, en toda Europa hasta Rusia, y en Australia, donde es la principal plaga del país debido a la ausencia de depredadores. Se trató de controlar su número mediante la introducción deliberada de enfermedades contagiosas, como la mixomatosis, introducida en 1950 en Australia y en 1952 en Francia, desde donde se extendió a toda Europa, poniendo a estos animales en peligro de extinción, y con ellos a sus principales depredadores, como el lince o el águila imperial.

En la actualidad se crían para la producción de carne y como animales de compañía.

Rev: marzo-11