Falso escorpión Chelifer cancroides Linnaeus, 1758

Este pequeño artrópodo de menos de cinco milímetros de tamaño, presenta unos grandes pedipalpos, que recuerdan a los verdaderos escorpiones. Los cuatro pares de patas van aumentando de tamaño secuencialmente. Lucen un par de ojos situados lateralmente, y tienen doce segmentos abdominales, aunque sólo son visibles diez.

Habitan en las viviendas humanas, sobre todo en los armarios, y al aire libre bajo la hojarasca y el musgo. Corren con la misma presteza tanto hacia adelante como hacia atrás, incluso pueden hacerlo lateralmente.

Son depredadores de ácaros, y de chinches. A veces aparecen entre los libros viejos o entre montones de papeles polvorientos, razón por la que se le conoce como escorpiones de los libros. En estas condiciones resulta ser un buen aliado, pues se alimenta principalmente de los llamados piojos de los libros.

Para la reproducción, el macho prepara un pequeño territorio frotando el vientre contra el suelo, posiblemente liberando feromonas. Cuando una hembra entra en este territorio, el macho comienza una rápida danza a su alrededor haciendo vibrar el cuerpo y exhibiendo su pedipalpos. Después deposita un espermatóforo en el sustrato y se desplaza hacia atrás guiando a la hembra hasta él, para que lo recoja. La hembra produce entre 20 y 40 huevos que transporta en su abdomen y a los que protegerá unas dos semanas después de la eclosión.

Actualmente es una especie cosmopolita, extendida por el hombre en todo el mundo.

Rev: octubre-12