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Okapi Okapia johnstoni (Sclater, 1901)

Okapia johnstoni (Sclater, 1901)

Okapia: {o api}, asno del bosque, nombre que daban los pigmeos al okapi.
johnstoni: De Sir Harry Hamilton {Johnston}, 1858-1927, explorador ingles y administrador colonial. También fue pintor, fotógrafo, cartógtafo, lingüista y escritor. Empezó su exploración en el Congo, para ir luego a Camerún, Nigeria, Liberia, Mozambique, Zanzíbar y Uganda.

Diccionario etimológico de Pedro Romero

El okapi es el último gran mamífero descubierto en África. Es un animal de selva que vive solitario o en parejas en una zona muy restringida de Zaire, entre los ríos Uëlle e Ituri y en las selvas de Aruwimi.

El pelo es corto, de color rojizo muy oscuro en el cuello y el tronco, la cabeza más clara, con una franja oscura entre los orificios nasales, y las patas negras con franjas blancas transversales. Alcanzan 1,80 metros de altura en los hombros, y llegan a pesar entre 200 y 300 kilogramos.

Los machos presentan entre dos y cuatro pequeños cuernos cubiertos de piel, aunque a veces asoman las puntas.

La lengua del okapi es muy larga y prensil, lo que le permite conseguir las hojas de los árboles y arbustos de las que se alimenta. Además, la gran flexibilidad del cuello, le permite alcanzarse todas las partes del cuerpo para su aseo.

Se alimentan de una enorme variedad de productos vegetales (hojas, tallos, frutos...) de más de 100 especies diferentes.

Son animales solitarios que de forma ocasional se encuentran en pareja o en pequeños grupos familiares. Las hembras paren una única cría tras una gestación de unos quince meses. Durante los primeros años de vida, los okapis emiten una amplia gama de sonidos para comunicarse con sus progenitores, pero los adultos tienden a ser mudos, excepto los machos que buscan pareja.

El okapi es el pariente vivo más próximo de la jirafa, y se puede considerar como un fósil viviente, por su parecido con los primeros jiráfidos aparecidos en el Mioceno.

Las primeras noticias del okapi en occidente se deben a Henry Morton Stanley, el famoso explorador del río Congo, que en 1890 refería en su diario el relato de los nativos Wambutti sobre un misterioso animal similar a los caballos de los exploradores, pero de menor talla. Pero fue Sir Harry Hamilton Johnston el que envió las primeras pieles a la Sociedad Zoológica de Londres, y a él dedicó Sclater la descripción de la especie. Fue originalmente bautizado como Equus johnstoni pensando que se trataba de una especie de cebra, pero pronto se comprobó que sus huellas tenían dos dedos, como las de los artiodáctilos y el estudio de dos cráneos enviados a Londres determinó su similitud con las jirafas.

Los okapis están amenazados de extinción por lo reducido de su hábitat natural, que además corre riegos de destrucción progresiva y por la caza.

Rev: agosto-15

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