Puma concolor Linnaeus, 1771

El puma es natural de América. Su distribución comprende desde el Canadá hasta la Patagonia, en todo tipo de hábitat, desde el nivel del mar hasta los 4.500 metros de altitud. En una distribución tan amplia, se reconocen diversas subespecies; en general son más pequeñas las subespecies cercanas al Ecuador. A pesar de esta amplitud, la población total de pumas se estima en menos de 50000 ejemplares.

Su coloración dorsal es parda uniforme, aunque puede variar desde el amarillento, al gris plateado o rojizo, mientras que la ventral es blanca, y tienen la punta de la cola negra.

La cabeza es redonda y sus orejas están erguidas. Muestra unas poderosas patas con cinco garras retráctiles en su patas delanteras, y cuatro en las patas posteriores. Pueden dar grandes saltos, alcanzando más de cinco metros en vertical.

Los machos, que son algo más grandes que las hembras, pueden pesar hasta 100 kilogramos, con una altura en la cruz de 70 centímetros y una longitud corporal de dos metros, sin contar la cola.

Se alimenta de mamíferos de todos los tamaños; desde roedores hasta ciervos grandes. También come serpientes. Es activo las 24 horas del día, aunque demuestra preferencia por el amanecer y el atardecer.

Prefiere hábitats con densa vegetación porque suele cazar al acecho, pero puede vivir en zonas abiertas. Es territorial y presenta una baja densidad de población.

Son solitarios, excepto en la época de celo. Tras una gestación de unos tres meses, las hembras dan a luz camadas de tres o cuatro cachorros, y no volverán a criar hasta pasados dos o tres años. Los cachorros presentan manchas muy marcadas y la cola anillada. Pesan aproximadamente 250 gramos al nacer. Las crías quedan a cargo de las hembras

Rev: noviembre-08