Ballena jorobada Megaptera novaeangliae Borowski, 1781

Se trata de una ballena de cuerpo negro con las partes inferiores blancas. Lo más característico de su morfología externa son los tubérculos cefálicos y unas aletas pectorales desmesuradas, que presentan ondas irregulares a lo largo del borde anterior, y que pueden alcanzar hasta una tercera parte de la longitud del animal, que por su parte supera los quince metros y entre 30 y 40 toneladas de peso.

Presentan entre 14 y 24 surcos ventrales y entre 300 y 400 barbas en cada hemimandíbula superior, teniendo cada una unos ochenta centímetros de largo. Son de color negro, con cerdas también negras o verdosas muy oscuras.

Tienen dos grandes espiráculos sobre la cabeza, que producen un chorro que puede alcanzar los seis metros de altura, y una característica protección redonda en el extremo de la mandíbula inferior.

Son bien conocidos los saltos espectaculares que realizan y los poderosos golpes en la superficie del agua con las aletas pectorales o la caudal. Además puden crear una amplia variedad de sonidos que se suceden sin interrupción para crear largas frases con fragmentos repetidos. Estas canciones son específicas de cada grupo de ballenas y parece que cambian ligeramente de un año a otro.

Actualmente hay tres grandes poblaciones de ballena jorobada en el mundo: una en el Atlántico Norte; otra en el Pacífico Sur, y la tercera en el Pacífico Norte. Todas realizan migraciones estacionales desde las aguas polares a los establecimientos tropicales y subtropicales de crianza.

La gestación dura entre 10 y 11 meses y el parto es único. El recién nacido pesa alrededor de los 1000 kilogramos.

Se alimentan de krill y de cardúmenes de pequeños peces. Ingieren una enorme bocanada de agua con la boca abierta, y después expulsan el agua con la lengua a través de las barbas, donde quedan retenidos los animales que, acto seguido, son tragados. Se ha observado que estas ballenas pueden cooperar entre ellas para la caza, creando redes de burbujas entre varias de ellas, para confinar grandes bancos y facilitar su captura.

En el año 2000 se estimaba una población mundial de 6000 ejemplares de estas ballenas, lo que significa que están en peligro de extinción.

Rev: marzo-09