Cobra escupidora Naja sputatrix

Los adultos de esta cobra son normalmente de coloración uniforme, amarillenta, marrón o negruzca; los jovenes suelen presentar algunas marcas alrededor del cuello y en la garganta, en especial un mancha en forma de corazón en la capucha, que persisten en algunos individuos adultos. Pueden medir hasta un metro y medio de longitud.

Se distribuyen por todo el sureste asiático y muchas de las islas de Indonesia, desde las selvas vírgenes tropicales hasta áreas dedicadas a la agricultura o el pastoreo.

Suelen cazar a sus presas de noche, pasando las horas del día tomando el sol cerca de su refugio, que puede ser un termitero, una madríguera desalojada de roedores, un agujero en un árbol o una grieta en una roca.

Si se siente amenazada intentará huir, pero si es acorralada, adoptará la postura típica de las cobras, con el primer tercio del cuerpo erguido y la piel del cuello extendida sobre sus costillas abiertas, formando una especie de capucha. Así dispuesta puede atacar en cualquier momento, inyectando una gran cantidad de veneno neurotóxico en un solo mordisco, que puede resultar mortal si no se aplica a tiempo el contraveneno específico.

Estas cobras también pueden escupir su veneno con gran puntería sobre los ojos de sus adversarios.

Es una especie ovípara. Los huevos fertilizados son depositados en el cubil de la hembra que normalmente, aunque no siempre, permanecerá con ellos hasta la eclosión, que tendrá lugar entre 40 y 80 días después de la puesta, en función, sobre todo, de la temperatura.

Rev: julio-05