Abeja de patas peludas Anthophora plumipes (Pallas, 1772)

Lo más característico de esta abeja es la extraña forma que presenta el segundo par de patas de los machos, que además luce unos pelillos larguísimos. Cuando siente algún peligro levanta este par de patas lateralmente apoyándose en las otras cuatro, con el fin de intimidar a su adversario, también se emplean como señales en los rituales de apareamiento.

El tórax de los machos es de color marrón óxido y el abdomen, más oscuro, presentan una tupida vellosidad de color amarillo anaranjado, mientras que las hembras son de color oscuro o completamente negras, excepto en las patas, que tienen pelillos anaranjados. Alcanzan el centímetro y medio de tamaño.

A primera vista, por su tamaño y su aspecto velludo, podría confundirse con un abejorro, pero su aspecto general es más redondeado, su vuelo mucho más rápido y sus ojos más grandes.

Como ocurre con la mayoría de las abejas solitarias, los machos emergen unas dos semanas antes que las hembras. En general, los imagos vuelan entre marzo y junio.

Se alimenta de néctar; su larga lengua le permite libar flores tubulares. Suelen verse sobre Primula veris, , Pulmonaria officinalis, Borago officinalis, Lamium purpureum y Corydalis sp.

Las hembras fecundadas construyen galerías en los taludes de tierra que al final se ramifican en varias celdillas donde se depositan los huevos y algo de polen, y son selladas con una secreción blanquecina.

Los nidos son parasitados por la abeja de frente blanca.

Se distribuyen por casi toda Europa, Próximo Oriente y norte de África. Durante el siglo XX, ha sido introducida en Estado Unidos.

Rev: julio-13