Gran kudú Tragelaphus strepsiceros Pallas, 1776

Se trata de un antílope cuyos machos pueden sobrepasar los 300 kilogramos de peso y el metro y medio de altura en los hombros, mientras que las hembras no suelen superar los 220 kilogramos. El pelaje en general es corto y poco abundante, pero lucen una crin dorsal blanca que recorre la espina dorsal desde la nuca hasta la cola y una melena larga y estrecha de base oscura y con las puntas blancas crece en el cuello y el pecho. La coloración es rojiza o gris pizarrosa con entre siete y diez líneas blancas transversales en el dorso y los costados.

Las cuernos de los machos llegan a superar el metro de longitud, se disponen en "V" y presentan dos o tres giros espirales. Su oído es muy fino, por lo que, aunque se trata de un animal pesado y lento, es difícil sorprenderle.

El gran kudú vive en los bosques no muy tupidos del este y sur de África, donde su pelaje le proporciona un buen camuflaje; de hecho, ante un peligro, su primera intención es quedarse completamente quieto para intentar pasar desapercibido. Habitan siempre cerca del agua, adonde acuden a abrevar a horas fijas. Viven en grupos más o menos numerosos, pero los machos separados de las hembras y las crías.

Se alimenta ramoneando la vegetación. Sus largas patas y su tamaño le permiten alcanzar el follaje de los árboles a una altura que sólo superan las jirafas.

Durante el celo, los machos rivalizan entre sí evitando, en general, los combates mediante posturas rituales. Los partos, normalmente únicos, tienen lugar durante el comienzo de la época de lluvias, tras una gestación de unos 240 días.

Rev: noviembre-11