Hormiga roja Formica rufa

Se alimentan casi exclusivamente de las secreciones de ciertos pulgones y de coleópteros parásitos de las coníferas, lo que las ha llevado a estar protegidas por la legislación de numerosos países.

Construyen grandes hormigueros continuamente en expansión, con un territorio de más de 50 metros en sus alrededores. Siempre la pendiente que mira al sur es más amplia y suave, para que el Sol mantenga el hormiguero a una temperatura adecuada.

Cuando se encuentran dos hormigas rojas de distintos hormigueros llevan a cabo un ritual de amedrentamiento que en general evita la pelea: elevan el cuerpo, arquean el abdomen por debajo de las patas y simulan la proyección de ácido fórmico, pero no llegan a hacerlo.

Entre las obreras suele darse una curiosa división del trabajo, de manera que mientras que las más jóvenes cuidan de las larvas dentro del nido, las obreras mayores y más expertas se encargan del forrajeo en el exterior.

Como en otras especies del género, se ha detectado la posibilidad de que las obreras lleguen a reproducirse en caso de ausencia de reina. Las larvas y la reina son alimentadas con huevos tróficos de las obreras, en los que no se detecta la presencia de ADN.

Las nuevas reinas volarán y colonizarán los nidos de otras especies de hormigas, eliminarán a la reina y las obreras trabajarán para ellas.

Rev: enero-08