Pingüino de Magallanes Spheniscus magellanicus Forster, 1781

El pingüino de Magallanes (que fue su descubridor) lo encontramos en ambas costas al sur de Sudamérica, siendo muy numeroso en las aguas próximas a Tierra del Fuego.

Alcanzan los 75 centímetros de talla y entre 4 y 6 kilogramos de peso. Tienen la cabeza negra, con una extensa banda blanca que corre desde detrás del ojo, rodeando el oído y la barbilla, para juntarse en la garganta, de manera que luce dos bandas negras entre la cabeza y el pecho, presentando la inferior, forma de herradura invertida.

Se alimentan de peces, calamares, y crustáceos.

Beben agua de mar que filtran con unas glándulas excretoras de sal situadas en el ángulo anterior de la cavidad ocular.

Presentan un plumaje muy denso, que además acicalan con la secreción de una glándula que poseen en la base de la cola para impermeabilizarlo. Además, la distribución de los vasos sanguíneos les permite una regulación muy precisa de la temperatura.

Anidan generalmente en sitios protegidos, entre ramas y troncos caídos, o en cuevas, formando colonias, en grupos que pueden llegar a contar con casi un millón de pingüinos. La puesta tiene lugar entre septiembre y octubre y consta de dos huevos blancos de textura suave. La incubación se prolonga unas seis semanas y, al igual que la crianza de los pollos, la efectúan por turnos los dos progenitores.

Los pequeños nacen con un plumón de color uniforme grisáceo, y en dos o tres meses son autosuficientes.

Durante el invierno austral, emigran hacia el norte, hasta las costas de Brasil y Perú.

Se estima que la contaminación de las aguas mata cada año más de 20.000 adultos y 22.000 juveniles sólo en las costas de Argentina.

Rev: mayo-11